Moisés Mato es el autor del texto «Alerta» de teatro encuentro. Un texto pensado para ser representado este verano. Ya hay algunos personas de diferentes ciudades dispuestas a representarlo. El Teatro encuentro se realiza a una sola persona en diferentes ambientes del espacio público. Todas las personas que lo deseen pueden representarlo libremente aunque  se agradece que lo comuniquen y compartan su experiencia.

A continuación reproducimos el texto

Hay momentos en los que se tambalean las pocas certezas que una cree tener. Eso ocurre cuando se presenta de repente una circunstancia totalmente nueva, cuando aparece lo inesperado y agita los cimientos sobre los que pisamos. Eso nos pasó a muchas personas hace unos meses a causa de la pandemia.

Ahora, con cierta distancia, comprendo que aquellos momentos fueron realmente prodigiosos. Al principio no lo podía ver así, por supuesto. Mi mente estaba demasiado ocupada en ordenar la nueva realidad de una forma coherente. Pero, pasado el tiempo, descubro con asombro, que ese instante en el que todo cambió, en realidad era una señal de alerta. Sí, una alerta muy potente.

A veces vivimos tan ensimismados, tan centrados en nuestros problemas, que perdemos la perspectiva del entorno. Nos comportamos como si no existiera el pasado ni el futuro, como si nosotros fuéramos el centro de la historia. En esos momentos somos como peonzas girando sobre nosotros mismos, incapaces de modificar la trayectoria o de frenar al impulso que un día nos puso en movimiento. Cuando vivimos de esta forma, no escuchamos ninguna alerta. Sin embargo, si algo frena bruscamente nuestra trayectoria, entonces sí podemos escucharla. Una alerta que nos invita a prestar atención a lo que sucede en el mundo.

Enseña un frasco de gel hidroalcoholico

Me permites.

Echa el gel en las mano de la persona que escucha y en las suyas.

Me cuentan hace unos meses que iba a sentarme aquí contigo, sin conocerte de nada, con mascarilla, a contarte estas cosas mientras nos echamos hidrogel en las manos y no me lo hubiera creído. Pues mira, está ocurriendo. Compartimos el gel con la misma naturalidad que la que yo le pasaba la crema solar a mis amigas cuando íbamos a la playa. En esos momentos de descanso de alguna forma nos decíamos: Venga, vamos a relajarnos, a disfrutar, a no pensar y a zambullirnos en el agua, … Que nos lo merecemos. Pienso que ahora, al compartir el gel, tendríamos que decirnos lo contrario: Vamos a pensar, vamos a mantenernos alerta, vamos a encontrarnos,…Porque nos lo debemos.

Hay un virus que dijeron que nos afectaba a todos por igual. Pero pasa el tiempo y vamos descubriendo que no es verdad. “Vamos en el mismo barco”- nos decían. Y no era verdad. En todo caso habría que decir que estamos todos en el mismo mar. Unos van en yate, otros en lanchas, algunos en patera y vete a saber cuántos van a nado. Unos naufragan, otros se ahogan,… y sí claro, otros continúan su viaje en el barco. Pero no, este virus tampoco nos afecta a todos por igual.

Lo triste es que eso ya pasaba antes con otras muchas realidades, mientras yo me echaba crema solar en la playa. Pero no escuchaba las alertas. Estaba en la orilla del mar y posiblemente también en la orilla de muchas cosas. Ahora llegó la alerta, y me he visto en mitad del océano y he sentido miedo. Mucho miedo. Al principio me paralizaba pero ahora voy aprendiendo a mirarle a la cara. Intento cambiar algunas costumbres para no olvidar esta alerta. No quiero seguir viendo la realidad desde la orilla. Por eso voy por las calles compartiendo el gel con la esperanza de encontrar complicidades.

¿Te parece que estoy loca?

Moisés Mato

www.salametaforas.com

moises@salametaforas.com