El teatro es una herramienta de comunicación. Es también un arte, claro está. Pero eso simplemente acentúa las virtudes de esa herramienta, la hace más excelsa, brillante y, ¿por que no?, también más eficaz.
No inventamos nada, pero sí queremos vivir en nuestro tiempo. Y el teatro que inunda las carteleras, casi comercial al 100%, como es lógico se aleja de su vocación primordial y al hacerlo también se aleja de la realidad. Un simple ejercicio de poner a un lado los graves problemas de la humanidad y a otro lado los temas que trata nuestro teatro nos daría una idea de la distancia tremenda entre esas dos realidades. Si además, como no es posible ser neutral, valoramos la perspectiva desde la que se tratan algunos temas, que podríamos denominar sociales, también de una forma rápida podemos observar que la perspectiva de los débiles, los humillados, las víctimas sigue fuera. Quizás por que ellos también están fuera del teatro.
Cuando en el TeatroZero proponemos un teatro que se hace en las casas, frecuentemente por la noche, cuando salimos de trabajar, con nuestros familiares y amigos estamos habilitando nuevos espacios en los que todos puedan entrar. Por supuesto esta transmutación provisional del salón de una casa en un teatro debe de estar muy cuidada. El público llega con suficiente margen de tiempo para conocer y saludar a todos, para acomodarse, para predisponerse a la escucha. Los teléfonos están todos apagados y hasta el timbre de casa está desconectado. La casa es un teatro y con la austeridad de sus recursos cuida enormemente ese encuentro.
Antes que nosotros se ha propuesto otras veces un teatro para ser realizado en el salón de casa. Unas veces como signo de élite, de poder económico o de cultura sibarita. Por supuesto nos alejamos de estas propuestas y por eso el planteamiento económico es libre y voluntario y los temas de nuestro teatro se alejan poderosamente de los intereses de quienes suelen organizar estos encuentros.
Otras veces, con frecuencia en países sometidos a graves procesos dictatoriales, los actores acudían al calor, y también a la intimidad de una casa para alentar los espíritus, recuperar la memoria y , llegado el caso, habilitar una respuesta de resistencia. Con esta propuesta sí queremos identificarnos.
Y añadimos algo: la construcción del texto basada en experiencias reales y análisis de la realidad, el actor que trabaja sobre un personaje colectivo, el compromiso personal del actor con el tema, el diálogo con el público desde la vida. Elementos que pretenden acercar nuestra mirada al tema sin las defensas y prejuicios poblados de justificaciones con los que solemos afrontarlos.
Desde el “teatro de la escucha” lanzamos esta nueva propuesta con el objetivo de seguir empujando la posibilidad de un teatro social que pueda unirse eficazmente a los esfuerzos de los que luchan de verdad por la transformación de la realidad.
Si estás interesado en organizar una sesión de TeatroZero en tu casa debes tener en cuenta las siguientes cuestiones:
Te convertirás en el responsable de la organización. A saber: Convocar a los que van a participar, acondicionar el espacio para que todos pueden seguir el desarrollo de la obra sin problemas , asegurar la puntualidad, el silencio y la no interrupción de la obra.
Te facilitamos el texto para que conozcas el contenido de lo que se representará.
El actor al acabar la representación, iniciará un diálogo con los asistentes. Todo junto no superará las dos horas. Luego puede haber un diálogo más informal e incluso, si lo estimas oportuno, la posibilidad de cenar juntos.
Previamente habrá una comunicación con el actor o la actriz para pactar la hora de llegada y preparar juntos el espacio.
El tema económico es libre y voluntario; Pero también secreto. Por lo tanto no es tu responsabilidad sino de todos los que asisten.
Debes informar a los asistentes de todas las condiciones.
Después del encuentro los asistentes que lo deseen podrán comprar el texto. Ed. Arte Acción. 3€.
Puedes informate en nuestro blog